sábado, 11 de noviembre de 2017

REDENCIÓN O LO QUE SE ASEMEJE



No es por alardear, pero vengo de la mejor familia de embalsamadores de México, y las hay buenas, muy buenas.
Cuando Laura murió, y aunque no le di buena vida con mi pulsión por el mezcal y los traseros de otras mujeres, tras llorarla lo indecible me puse manos a la obra para mi mejor trabajo.
Vive, es un decir, en casa conmigo, en su propia habitación. Yo sigo siendo el que era, juerguista, mujeriego y bebedor, pero todos los días le cuento cosas para entretenerla y sentir que algo compenso.
El uno de Noviembre, lo paso al completo con ella. Abstemio y formal como ella me hubiera deseado.
Y ese día, tan solo ese día, porque tal vez no me merezca más, le hago el amor.
Sé que no es fácil de entender y que se me puede considerar un ser macabro, pero sí, ella sonríe cada vez, y eso es lo que importa.

La profesión va por dentro

La profesión va por dentro Gabriel, el profe de música, siempre estaba dispuesto. Así nos librábamos los demás de ser Papá Noel una vez ...